Desde los organismos de salud pública internacional, se plantean con preocupación las influencias negativas de la industria tabacalera como el mayor obstáculo para que no se implementen las medidas de control de tabaco. Esta interferencia no es otra cosa que las acciones que llevan a las empresas que dominan el mercado del tabaco en cada país en el ámbito político en beneficio de sus intereses comerciales.
La Organización Panamericana de la Salud define al tabaquismo como una epidemia a combatir en todo el mundo. Actualmente, se producen más de 8 millones de muertes como consecuencia de este flagelo, siendo más grave la situación en países de menores ingresos.
¿Qué es la industria tabacalera?
Todos los esfuerzos coordinados de más de 182 países encuentran un escollo difícil de sortear: la industria tabacalera, que está integrada por el conjunto de fabricantes, importadores, procesadores, distribuidores, entre otros, que trabajan con la hoja de tabaco. Se refiere a toda la cadena de producción y distribución de hojas de tabaco y sus derivados.
Desde mediados del siglo XX, se han venido analizando los efectos del tabaco en la salud humana, ya sea por consumo o por presencia en ambiente con humo. Desde ese momento, la industria tabacalera ha unido sus esfuerzos en detrimento del descubrimiento de los daños que produce el tabaco.
Existe un claro conflicto de intereses entre los organismos de salud pública del mundo y la industria tabacalera. En ese sentido, se ha demostrado científicamente el daño y las muertes que produce el consumo de tabaco, en todas sus formas. Inclusive su impacto negativo en la economía y el bienestar general de los pueblos, en especial, en los sectores sociales más vulnerables.
¿Cuál es la interferencia de la industria tabacalera?
Desde la Organización Mundial de la Salud, entre otros organismos internacionales, se destaca cuál es el modo en que la industria tabacalera ejerce su interferencia.
Algunos de los mecanismos más comunes son:
Sabotaje de procesos políticos y legislativos.
- El uso de influencias en el poder político, vacíos legales en las normas de cada país, contribuciones a las campañas de gobierno, etc.
- Exageración de la importancia de la industria para la economía local.
- Demostraciones apócrifas del impacto económico de la industria tabacalera en el producto bruto del país, la ocupación de mano de obra, recaudación tributaria, etc.
- Manipulación de la opinión pública, produciendo cierta sensación de respeto.
- El uso de estrategias de responsabilidad empresarial que constituye la forma de manipular a la opinión pública. Las “inversiones sociales”, en forma conjunta con una política de marketing interfiere en el pensamiento social.
- Simulación del apoyo utilizando grupos como fachada.
- La creación de falsos grupos de fumadores en apoyo a la industria tabacalera es el artilugio con que se pretende brindar apoyo a este flagelo.
- Desacreditar los estudios científicos que avalan los daños a la salud, económicos y sociales.
La negativa al daño producido por el humo y los desechos de la industria del tabaco es un hecho.
La pérdida de 600 millones de árboles por causa de la producción de hojas de tabaco, el uso de 22.000 millones de toneladas de agua, etc. son algunos de los impactos ambientales que denuncia la Organización Mundial de la Salud, además de la contaminación que producen las colillas de cigarrillos.
- Intimidación a los gobiernos mediante litigios judiciales.
- El uso de importantes estudios de abogados para la presentación de litigios con motivo del perjuicio económico a las empresas. Las demandas presentadas, en sede judicial, se suscitan con motivo de pérdidas por impuestos excesivos, inconstitucionalidad de la legislación, etc.
Ello evidencia que la industria tabacalera resulta una verdadera amenaza a la salud pública, el impacto negativo en el medio ambiente y en la economía de los países.
¿Cómo reducir la interferencia de la industria tabacalera?
Entre las recomendaciones para de la Organización Mundial de la Salud para evitar o reducir la interferencia de la industria tabacalera, se pueden enumerar:
1.- Reconocer la existencia de un conflicto de intereses entre la salud pública y la industria tabacalera.
2.- Promover el funcionamiento transparente de la industria tabacalera.
3.- Dada la letalidad de los productos derivados del tabaco, no se deben efectuar concesiones e incentivos a la industria.
4.- Campañas de concientización del daño que produce el tabaquismo para los adictos y quienes los rodean.
5.- Limitar la interacción de la industria tabacalera con las autoridades y políticos.
6.- Rechazar todo tipo de alianza entre el Estado y los miembros de la cadena productiva.
7.- Enfatizar la exigencia de información transparente por parte de la industria.
8.- Evitar conflictos de intereses de funcionarios y empleados públicos.
9.- Buscar la colaboración de todos los actores sociales para poder combatir el tabaquismo.
10.- Promover en los ciudadanos la denuncia de prácticas desleales de la industria tabacalera en todas las etapas del ciclo productivo.